Por: Catalina Fernández (@catafernandezbiggini)
Soy ingeniera comercial, trabajando en el área financiera. Sí, un "poquito" cuadrada, jajaja. Con tanto número dando vuelta en la cabeza, un día me decidí a probar algo nuevo y me inscribí a un taller de Acuarela. De chica siempre fui buena para matemáticas y nunca fui muy atrevida con las artes, porque es tanto lo que a uno la encasillan con un "tipo de persona", que ni siquiera me acuerdo si había intentado probar antes. (Que no fueran las clases de arte obligatorias en el colegio).
Así que llegué a mi primer día en el taller de Acuarela un poco nerviosa. Ahí aprendí algunas técnicas básicas, y la verdad es que mi primer trabajo fue… ¡HORRIBLE! jajaja Creo que el pajarito que pinté aún no me perdona.
Lo que más me gusta de la acuarela, además de las tonalidades con las que puedo jugar con el agua, logrando mayor intensidad o menor dependiendo del uso de esta; es que es un tipo de pintura súper rápida y te mantiene en tensión constante. Es mucho de "sentir", pero también de pensar bien qué pinceladas vas a dar, ya que no siempre podemos corregirlo si nos equivocamos y es ahí donde tenemos que tomar decisiones para ver cómo mejorarlo. Finalmente logré reivindicarme y hacer algunas pinturas que disfruté mucho haciéndolas. Me encanta la sensación de encontrar nuevas habilidades que no sabía que tenía, y que muchas veces por miedo al fracaso, no lo intentaba. Los invito a probar cosas nuevas, a no encasillarse a una etiqueta y sobre todo a no limitarse, ya que de lo contrario podríamos dejar pasar por experiencias y sensaciones increíbles, por "miedos" o limitaciones autoimpuestos, que no tienen ningún sentido.